Libardo Gómez Sánchez, Neiva, febrero 9 de 2022

Son inevitables las diferencias que se presentan en el ejercicio de construcción de un frente político conformado por tan diversas procedencias como las que se presentan en la Coalición Centro Esperanza: algunos participaron en gobiernos anteriores, otros siempre han estado en oposición a las políticas nacionales de los últimos treinta años al menos; ahora todos coinciden en la resistencia al gobierno de Duque, la lucha contra la corrupción y el abuso del poder. Las controversias que se han presentado alrededor de quienes pueden llegar a participar de este frente político, se ha convertido en argumento para que los pájaros de mal agüero y los contradictores anuncien la liquidación definitiva del acuerdo, lo viven enterrando todos los días. No hay duda de que estas discusiones generan desconcierto, pero la verdad verdadera, es que en últimas lo que reflejan es democracia al interior de la coalición, es un colectivo vivo, en el que ningún sector traga entero y por el contrario las contradicciones suscitan controversias que a medida que se presentan se van resolviendo y fortalecen la alianza.

A diferencia de este ambiente de democracia, en la Coalición de la derecha que es la del gobierno de Duque y que pomposamente llaman Equipo Colombia, no hay discusión, salvo quien es el dueño de los negocios; ellos todos están claros en su propósito de garantizar la continuidad de su pandilla en el poder, más de lo mismo.

Por el otro lado está el Pacto Histórico que tiene como guía indiscutible al candidato Petro que sin inconveniente alguno se impondrá en su consulta, tal realidad parece haber congelado la capacidad de sus integrantes de plantear cualquier debate; el trato displicente dado a la precandidata Francia Márquez y a las negritudes tan sólo mereció un trino de Iván Cepeda y la amenaza de la candidata, que al final sumisa terminó aceptando el maltrato; el recibo de personajes contrarios a los postulados del Pacto como Alfredo Saade, el amago del ingreso de Luis Pérez que no se cumplió y en boca de Gustavo Bolívar el deseo del ingreso del Partido Liberal de Cesar Gaviria, no son materia de discusión a pesar de las implicaciones que trae en el supuesto programa de transformación de Colombia. La democracia parece no existir en este agrupamiento en el que solo se hace lo que dice el mesías de Ciénaga de Oro.

Una vez se cumpla la fecha de la elección del Congreso y las consultas resuelvan quienes efectivamente se enfrentarán en primera vuelta, sabremos si el país opta por una alternativa democrática como la propuesta por la Coalición Alianza Verde Centro Esperanza o por alguna de las que se asemejan por su autoritarismo y descalificación de las opiniones que son diferentes.

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