Antonio J. Gutiérrez B, Liga de Usuarios de Servicios Públicos del Quindío
También es posible hacerlo con una tarifa fija mensual, sin importar el número de llamadas ni su duración, como EPM Bogotá. Sin embargo, para las empresas de telefonía fija, es mejor negocio imponerle a sus clientes el método de la impulsación. Una forma de cobro desconocida por la mayor parte de los usuarios.
El cobro por impulsos, tres minutos, es un método inventado por el matemático finlandés Karlsson, y se define, según la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT), como: “El método Karlsson consiste en la medición y conteo de impulsos. Para cada una de las llamadas se hace un conteo de la cantidad de impulsos transcurridos a partir de la recepción de señal de contestación; es decir, que para que se produzca la tasación debe haberse completado la llamada”.
Existen otras modalidades de aplicación, como el denominado “método Karlsson modificado”, que consiste en que la central adiciona un impulso al conteo de impulsos generados, con el fin de evitar que se presenten llamadas sin tasar. De esta manera, una llamada de 5 o 10 segundos, se cobra como dos impulsos o sea 6 minutos. Si la llamada dura 3 minutos y algunos segundos, le cobran 3 impulsos, o sea 9 minutos.
En Armenia, Colombia Telecomunicaciones, utiliza el método Karlsson modificado, y cada impulso se cobra a $85. Entonces, si cada usuario hace 10 llamadas mensuales, se cobran 10 impulsos adicionales por usuario, es decir $850, y eso sin contar los minutos que se tasan al no utilizar impulsos completos. Dado que la empresa tiene 74 mil clientes, ésta cobra una suma de $62.900.000 por los impulsos adicionales. Una verdadera arbitrariedad. Los usuarios debemos exigir que se cobre sólo lo que realmente consumimos.
La fórmula tarifaria de la Comisión de Regulación de Telecomunicaciones, CRT, que aplica Colombia Telecomunicaciones tiene tres componentes: costo de instalación, cargo fijo y cargo variable. Se supone que con el cargo fijo se sufragan los costos administrativos y de funcionamiento, y que con el cargo variable, los planes de expansión, las nuevas inversiones de la empresa y la utilidad.
Sin embargo, no es cierto que el cargo fijo, como en el caso del Quindío, recoja solamente los costos de administración y funcionamiento. La empresa cobra por este concepto un promedio mensual de $10.000 por línea y tiene 104.000 líneas instaladas, es decir, recauda $1.040 millones mensuales, y, según información de la propia empresa, sus costos administrativos y de funcionamiento, ascienden a $400 millones al mes. ¿Qué pasa con los $640 millones de pesos restantes? Lo que pasa es que la empresa hace una sobreutilidad en el cargo fijo. Por eso, la empresa mostró un elevado superávit en el segundo semestre del año anterior.