El tema de la deplorable situación eléctrica de la Costa Atlántica ha quedado insertada en la agenda de la política pública en las últimas semanas. El debate en la comisión quinta del Senado, las reuniones del gobierno con autoridades de la región y Electricaribe, la visita del senador Jorge Robledo a Barranquilla el 17 de octubre para presentar una propuesta al respecto, han dinamizado las discusiones sobre la materia.
Las declaraciones a los medios de comunicación de José Rodrigo Dajud, director comercial de Electricaribe y Energía Social, han destapado la cruda realidad y las dañinas intenciones de la trasnacional Gas Natural Fenosa. Según ellas los hogares sumidos en la subnormalidad ascienden a 414.181, es decir, más de dos millones de habitantes en los siete departamentos, la deuda acumulada del año 2004 al 2013 es de 218.000 millones de pesos, la cual pretenden que la paguen los entes territoriales, pues de lo contrario “va a llegar el momento en que tendremos que apagar estos barrios. La empresa no va a soportar esta situación”. Para rematar agrega que la subnormalidad eléctrica, que se presenta en los barrios que no tienen organizadas sus redes eléctricas por parte de operadores de redes, sino que son construidas de manera artesanal por sus habitantes y que no están dentro de la regulación colombiana, esas zonas marginales “están creciendo de manera dramática en la Región Caribe en un seis por ciento este año”. Quiere decir esta confesión de parte que el servicio eléctrico en la Costa, en vez de mejorar, está empeorando cada año. Fuera de lo anterior está el pésimo servicio para el resto de sectores populares, otros siete millones de habitantes de los estratos 1 y 2, que junto con los subnormales son el 90% de la población de la Costa. Toda una olla a presión social.
El senador Robledo ante dos centenares de líderes de la región reunidos en Barranquilla el 17 de octubre pasado conceptuó lo complicado que resulta resolver el problema eléctrico de la Costa, ya que se trata de normalizar más de 400 mil familias, mantener las redes, construir subestaciones, enderezar la tendencia actual. No hay soluciones mágicas, ya que la misma es de carácter integral. Se requiere que el gobierno nacional asuma la voluntad política de hacerlo, para lo cual es preciso ganar el respaldo de toda la Costa, desarrollar una gran fuerza social, lograr el respaldo mayoritario de la población que se debe organizar en múltiples formas, fijar derroteros, impulsar una gran movilización social pacífica sin antecedentes para que la calidad del servicio de energía de la Costa se nivele con la del interior del país.