Eduardo Muñetón B, Coordinador de Cedetrabajo y del Comité Intergremial de La Dorada y el Magdalena Medio.
Algunos analistas, desde distintas posiciones y representando a diferentes organismos y organizaciones, han vaticinado que las guerras del futuro sucederán por el control del agua. Otros aseguran que esas guerras han existido siempre. El hecho cierto es que en mayor o menor escala los pleitos y confrontaciones sí están sucediendo.
Con respecto al problema del agua, el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, ha dicho lo siguiente: “De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y a la del planeta”.
Puede que algunos opinen que al señor Matsuura no le asista la razón, porque no sólo de agua vive el hombre. Pero lo que sí resulta innegable es que el vital líquido hace parte insustituible del proceso evolutivo de todas las especies vivientes y de la capacidad de las naciones para alimentar a sus ciudadanos y hacer posible el desarrollo.
La batalla contra
el trasvase del río Guarinó
La historia empezó en febrero de 1997, cuando Pablo Medina, gerente ambiental de Hidromiel (empresa en ese entonces propietaria del proyecto Miel I y solicitante de la licencia del trasvase), manifestó a los habitantes de La Dorada, del oriente de Caldas y del norte del Tolima que la intención de la empresa era la de trasvasar 29 metros cúbicos por segundo del río Guarinó al río La Miel con el objetivo de “aumentar la generación de energía de la Hidroeléctrica Miel I y en esta forma mejorar la rentabilidad económica de la misma”.
egundo, aguas abajo del trasvase, desató de inmediato la ira de todos los sectores sociales, que hoy, siete años después, no cesa de expresarse.
En sana lógica, los dos objetivos de la fórmula expuesta por el alto funcionario de Hidromiel de aumentar con el trasvase la generación de energía y mejorar la rentabilidad económica no deben tener mayor discusión. Caben muy pocos argumentos en contra. De modo que el proyecto no estaría sumando tantos opositores si no fuera por las graves implicaciones e irreversibles daños a todo un ecosistema, daños que ponen en inminente peligro los recursos hídricos de un amplio territorio del oriente de Caldas y el norte del Tolima.
Las resoluciones del Ministerio
que otorgan la licencia ambiental
pese a que el trasvase del Guarinó ha levantado una caudalosa corriente en contra, sustentada en foros, plebiscitos con millares de firmas y audiencias públicas ambientales, como la multitudinaria del 13 de agosto de 1999 en la que se expusieron 37 ponencias, de las cuales 28 sustentaron con fehacientes pruebas técnicas, ambientales y jurídicas, la inconveniencia del proyecto, Hidromiel e Isagen se hallan empeñadas en desconocer varios autos y conceptos técnicos firmados por funcionarios del propio Minambiente. También ha hecho oídos sordos ante el fallo desfavorable emitido por Corpocaldas, la autoridad regional ambiental de Caldas, y no ha tenido en cuenta las inmensas marchas y movilizaciones adelantadas por la comunidad, en resistencia civil contra el propósito de la empresa energética.
El 6 de abril, pasando por encima del sentir ciudadano, el Ministerio del Medio Ambiente decide otorgar la licencia ambiental a la empresa Isagen S.A. ESP. Cabe aclarar que la licencia en mención le fue otorgada primero a la empresa Hidromiel, mediante resolución 0359 de 25 de marzo de 2004, cuando el Ministerio del Medio Ambiente tenía que saber que Hidromiel le había vendido a Isagen el proyecto de trasvase por tres mil millones de pesos, en una transacción turbia y quizá dolosa, porque es como vender un inmueble sin tener escrituras, peor aún, tratándose de un bien público como lo es el río Guarinó.
Algunos aspectos jurídicos, técnicos y ambientales
Aparte de las contradicciones anotadas, un gazapo protuberante que se deja ver de cuerpo entero, de los tantos ya denunciados por el equipo jurídico del 0bservatorio de Conflictos Ambientales de la Universidad de Caldas, Obscam, es que el firmante de la licencia ambiental no es la ministra del Medio Ambiente, ni el viceministro y ni siquiera el asesor, sino el viceministro de Vivienda y Desarrollo Territorial. A los yerros de procedimiento en las dos resoluciones expedidas por el Ministerio, se agregan otros agravantes como vicios de forma y de fondo, extralimitación de funciones, vías de hecho, desviación de poder, falsa motivación, etcétera.
Así la Constitución Nacional esté plagada de incisos ambientalistas, termina aquí imponiéndose otra vez aquel criterio según el cual, en el país, “la norma es que no hay normas”. El del doctor Álvaro Uribe es un gobierno que se ha distinguido por transgredirlo todo, para beneficiar a manos llenas al capital privado y trasnacional por encima del interés colectivo y nacional.
En el conflicto del río Guarinó, los sustentos técnicos y científicos despejan cualquier duda sobre los daños irreparables que causaría el anunciado trasvase por la drástica disminución del caudal. Todo el ecosistema quedaría en condiciones críticas permanentes desde el punto de vista hidrológico y, por ende, se verían afectadas la fauna, la flora y los niveles freáticos, como también la calidad y temperatura del agua que surte los acueductos. Se verían mermadas sustancialmente las aguas superficiales por procesos de infiltración hacia el túnel de trasvase, lo que pondría en peligro los ríos Doña Juana, Pontoná y otros acuíferos y el acueducto de Victoria. Se desatarían cambios físicos bióticos, crecería la sedimentación aguas abajo del trasvase y aumentaría la contaminación en un área de 50 kms. alrededor de La Dorada. Finalmente, desaparecerían humedales tan importantes como la Laguna del Silencio (Mariquita) y La Charca de Guarinocito (La Dorada). La asolación será de incalculables proporciones.
A lo largo de los ocho años que llevan Hidromiel e Isagen tramitando la licencia, el Comité Intergremial y la Alcaldía de La Dorada, con el apoyo de Obscam UC, han señalado que no se logra establecer con certeza la incidencia de varios impactos. Es evidente que los solicitantes no pudieron cumplir a cabalidad con la obligación de presentar un estudio de impacto ambiental acorde con los términos de referencia y con las demás exigencias impuestas. Y no lo logran ni siquiera con el “nuevo” proyecto de trasvase que están “socializando”.
Fundamentos de derecho: el principio de precaución
EI criterio de precaución se encuentra contenido en la Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo (artículo 15) y en la Ley 99 de 1993, que dentro de sus principios generales de interpretación enseña: “La falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas para impedir la degradación del medio ambiente”. Criterio que, aplicado al trámite de una licencia ambiental, se puede expresar como: si al definirse el fondo de una licencia no se abriga verdadera certeza sobre el impacto real que habrá de causar determinado proyecto, la falta de la misma obliga a la autoridad ambiental a no conceder la autorización, pues la abstención se convierte en el mecanismo idóneo para prevenir cualquier daño o degradación ambiental.
Algunos aspectos geológicos e hidrogeológicos.
Al decir de la geóloga especialista en Recursos hidráulicos e hidrología subterránea, Hilda Patricia Cano S., «Hay una incoherencia en la parte motiva de la resolución al aceptarse la contradicción en los estudios, cuando de un lado a partir de la piezometría realizada en una época del año 2003 se concluye que el río drena al acuífero y en cambio cuando se toca el aspecto agrológico se dice que la humedad del suelo nada tiene que ver con el acuífero porque el nivel freático está a 10 metros de profundidad».
Sobre este tema su colega, el profesor asociado de la Universidad de Caldas, ingeniero geólogo Fernando Sánchez Zapata, manifiesta: «El estudio geológico e hidrogeológico de la parte baja de la cuenca del río Guarinó, realizado en tan sólo cuatro meses, no permite modelar de forma real la hidrología e hidrogeología del terreno, mucho menos aún con cuatro secciones transversales que se generalizan. Este estudio también es osado al establecer que no existe una relación entre los suelos superficiales y el nivel freático, ya que no en todas partes se encuentra a 10 metros de profundidad.
La lucha del Comité Cívico, la iglesia, y los técnicos, académicos y ambientalistas
La batalla que se está librando por el río Guarinó, de las cuencas y microcuencas y de los recursos hídricos de esta región, no es porque vamos a ser conservacionistas a ultranza. Esa es la otra falsedad de Isagen y de los neoliberales que son los mayores depredadores del medio ambiente.
El conflicto del Guarinó como la oposición a la fumigación con Glifosato (planteada también para estas cuencas) hace parte de la lucha contra el capitalismo salvaje que, en nombre del desarrollo, producirá una mayor devastación a la biodiversidad y el ecosistema de esta región del país.
La afrenta del gobierno nacional de expedir la licencia ambiental para el trasvase del río Guarinó ha logrado un hecho positivo fundamental, la unificación de diversos sectores sociales, de profesionales, académicos, técnicos y científicos, gremios económicos, partidos políticos y la iglesia, en una lucha para evitar unos daños de incalculables proporciones.
Una aclaración pertinente
ISAGEN S.A. E.S.P., ha tratado de sindicar a los opositores de este proyecto de estar desinformados y de ir en contra del progreso y el desarrollo. Nada más inicuo. La disyuntiva no es si se construye una hidroeléctrica. No, el pleito es contra el trasvase de un río, o de varios ríos, que es bien distinto.
Esa Central está operando y generando energía desde el 1 de diciembre del año 2002, tuvo una inversión de 600.5 millones de dólares y posee una capacidad instalada de 396 megavatios (mw), aprovecha los ríos la Miel y el Moro y está ubicada en el municipio de Norcasia, Caldas.
Nació en 1995 como producto de la escisión de ISA y como consecuencia de la apertura del mercado eléctrico colombiano a la competencia y al capital privado, a partir de la expedición de las leyes privatizadoras de servicios públicos domiciliarios y eléctrica, respectivamente (142 y 143 de 1994).
Actualmente es mixta y está constituida en forma de sociedad anónima. En su composición accionaria aparece con siete socios. La nación 76.9%, EPM 12.9%, Empresa de Energía del Pacífico, EPSA, 5.0%, la de Bogotá 2.5%, la FEN 2.4%, CHEC 0.2% y FEISA (Fondo de Empleados de ISA) 0.0015%.
El apetito de Isagen S.A. y los planes del gobierno de Álvaro Uribe Vélez en los afanes de acabar de privatizar y feriar las empresas del Estado, quedan plasmados en el documento CONPES 3281 de abril 19, al aprobar la venta, por un valor de 24.16 billones de pesos, de una importante porción del patrimonio nacional, representada en todas las empresas de energía de propiedad de la nación (que es el mayor activo puesto en venta, 15.43 billones) incluyendo a ISAGEN.
Con este propósito es que se ha impartido la orden de acondicionar y hacer más competitivas las empresas energéticas, para que sean más llamativas para el capital financiero nacional e internacional, a los que Uribe Vélez les está entregando todo.
Repotenciar Miel I en un 17%, un poco más de 60 megavatios (MW) con el trasvase del río Guarinó no es el fin, es el principio de los planes de Isagen, que ha manifestado el interés de aprovechar todos los recursos hídricos del oriente caldense, que comprende los ríos la Miel, Moro, Manso, Guarinó, Samaná, Sur, Pensilvania y Tenefire; y los del norte del Tolima, Azufrado, Medina y Gualí.
No es casual, ni para aparecer en el libro de Records Guiness que la cresta del muro, es decir, la presa y rebosadero de la represa Miel I, tenga una altura de 188 metros, el más alto del mundo. Esa represa necesita muchos millones de metros cúbicos.