Señor Ministro
Juan Carlos Pinzón Bueno
Ministerio de Defensa Nacional
Bogotá. D.C.
ASUNTO: Carta manifestando nuestra preocupación por la reanudación de las Aspersiones aéreas, para la “erradicación” de cultivos de cuya producción se hace un uso ilícito.
Respetado Señor ministro Pinzón Bueno:
El Consejo Seccional de Plaguicidas del Departamento de Antioquia que es un ente de carácter asesor, creado por el Decreto 1843 de 1991 por el Ministerio de Salud, y que está integrado por miembros e invitados permanentes representantes de instituciones oficiales y particulares, a saber: Dirección Seccional de Salud de Antioquia, Secretaría de Agricultura, Secretaria del Medioambiente de Antioquia, Corantioquia, Cornare, Corpourabá, Área Metropolitana, U. N, Fac. De ciencias agropecuarias, EIA. Universidad de Antioquia: Escuela de Ingeniería de Antioquia, Toxicología, PECET, Universidad La Sallé, E.I.A., ICA, ARP- ISS, ANDI, Comité de Cafeteros de Antioquia, Asociación de Consumidores, Aplicadores de plaguicidas, Cuerpo de Bomberos de Medellín, Secretaría de Salud de Medellín, SIADA (Sociedad de Ingenieros Agrónomos de Antioquia ), ONGS. Pantagoras, Representante Sociedad Civil; aprobó en la sesión 363 de Febrero 6 de 2014 muy respetuosamente enviar a usted una comunicación escrita para manifestar nuestra preocupación por la reanudación de las Aspersiones aéreas, para la “erradicación” de cultivos de cuya producción se hace un uso ilícito.
Es de anotar que en 1996 desde este Consejo Seccional de Plaguicidas de Antioquia (Colombia), se hizo pronunciamiento y unieron fuerzas con muchas otras instituciones en denuncias contra la problemática de las “Aspersiones aéreas de “Roundup”” basados en que la legislación colombiana cuenta con la Ley 99 del 93 donde el Principio de Precaución en el Titulo 1, Artículo 6 dice: “La formulación de políticas ambientales tendrá en cuenta el resultado del proceso de investigación científica. No obstante la Autoridad ambiental y los particulares darán aplicación al principio de precaución conforme al cual, cuando exista peligro de daño grave e irreversible, la falta de certeza científica absoluta no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficientes para impedir la degradación del medio ambiente”.
Las firmas transnacionales de plaguicidas fabrican moléculas y venden al gobierno USAmericano y colombiano para la aspersión aérea contra los cultivos de cuya producción se hace un uso ilícito, aquello que para la opinión pública se denomina “GLIFOSATO”, pero para varios expertos quizás puede ser una molécula desconocida, convirtiéndose esto en un nuevo factor de desasosiego.
En el caso de ser Glifosato, este actúa inhibiendo una enzima necesaria en los vegetales, para elaborar tres aminoácidos aromáticos esenciales para su crecimiento y desarrollo; como no se presenta esta ruta metabólica en los animales, se infiere entonces que no es tóxico sino en altas dosis. Como lo ha afirmado siempre el gobierno colombiano y reitera la Ministra María Ángela Holguín, en las declaraciones dadas al programa Hashtag, el pasado mes de Septiembre de 2013, luego de que se conociera la firma del Acuerdo para cancelar la demanda ante el Tribunal Internacional de Justicia interpuesto por el gobierno del Ecuador en 2008.
Se ignora así, por completo, la salud de los campesinos, que viene siendo asperjada desde 1996; y que el POEA contiene una molécula muchísimo más tóxica que la del Glifosato, lo que le confiere al Roundup unas características toxicológicas diferentes a las del Glifosato. El herbicida Roundup contiene 1-4 dioxano, el cual ha causado cáncer en animales y daños en hígado y riñones en humanos; este compuesto es del grupo de las dioxinas y furanos, llamados Contaminantes Orgánicos Persistentes o COPs. Entre los síntomas visibles se podrían mencionar: incremento en la mortalidad por cáncer en tejidos blandos, linfoma del no Hodgkin, problemas del sistema nervioso, déficit cognitivo, cirrosis y afecciones del sistema inmunológico. Como disruptores endocrinos, afectan el sistema hormonal sexual, cuyas consecuencias son entre otras disminución de la fertilidad, mal formaciones como paladar hendido. (L. Gómez 2011, Conferencia: La problemática con los pesticidas en Colombia, www.lapluma.net.co)
El CosmoFlux es utilizado por su afinidad para adherirse a la cera y quitina de los insectos, con lo que se logra mejor acoplamiento entre la cutícula de tales animales y el ingrediente activo. Ignoran acaso los gobiernos, ¿cuál es su efecto en la dermis humana que, es sabido, tiene componentes lipofílicos?
Se desconoce entonces que el Roundup tiene descendencia, es decir que forma metabolitos, dado que al liberar un producto en el ambiente, empieza a participar del tejido de la naturaleza y no es común que permanezca inalterado; he aquí una de ellas: el principal subproducto de la degradación del Glifosato en ambientes terrestres, es el Ácido aminometilfosfónico o AMPA, también tóxico.
El Glifosato puede contener cantidades traza de N-nitroso-glifosato o combinarse en el ambiente con nitratos presentes, por ejemplo en la saliva humana o en los fertilizantes y formar N-nitroso glifosato. La mayoría de los compuestos N-nitroso son cancerígenos y no existe nivel seguro de exposición a un cancerígeno. La degradación del Glifosato puede generar formaldehído, por la vía Glifosato → AMPA → Metilamina → Formaldehido. Este es otro carcinógeno reconocido. El Roundup Ultra® es fruto de un contrato militar entre empresas alemanas y el ejército de Estados Unidos, para producir un arma química binaria con actividad biológica (www.lphmexico.org/).
¿Y qué podemos decir del daño a los Ecosistemas y por ende a la Biodiversidad? Hoy sabemos, que entre otros factores, las sustancias xenobióticas para este caso el Roundup, es decir, no producidas por la biota, en su gran mayoría alteran el desenvolvimiento del ecosistema, que a la naturaleza le ha costado millones de años de evolución y coevolución. Este daño no tiene precio, es irreparable, no negociable y deja a los gobiernos colombianos, que han permitido las aspersiones desde 1996, como grandes depredadores del ecosistema, ante el pueblo colombo-ecuatoriano y las generaciones futuras.
No se pueden olvidar las luchas que el pueblo afectado ha dado, las acciones populares para hacer la Demanda en 2008, los múltiples trabajos científicos como los del Dr. Adolfo Maldonado, el Amicus Curiae, los estudios del grupo de científicos y de médicos españoles en 2003, los de IDEA de la Universidad Nacional y tantos otros. Toda ellas, al parecer, fueron en vano…
Es por ello que desde este Consejo, como órgano asesor, se considera que la población Colombiana en los departamentos donde se realicen estas aspersiones, así como la biodiversidad y los ecosistemas como tal, seguirán expuestos a un gran peligro. Por ello solicitamos que sea reconsiderada la puesta en marcha de la reanudación de dichas Aspersiones.
Reciban nuestras consideraciones.
Lilliam Eugenia Gómez Álvarez, Ph.D.
Presidente Consejo Seccional de Plaguicidas de Antioquia