José Arlex Arias, Cartagena, septiembre 16 de 2019
El gobierno de “UriDuque” saca pecho en los escenarios internacionales sosteniendo que en Colombia existe una democracia profunda, la cual se caracteriza por tener: división de poderes, derecho a votar y ser elegido, existencia de partidos políticos, respeto a la libertad de expresión, de prensa, de asociación y a los derechos humanos, que derivan de los principios de: igualdad, limitación y controles al Poder, división y autonomía de los Poderes y el respeto a las decisiones populares. Un breve paneo, con una pequeña síntesis sobre los últimos hechos, nos puede dejar en claro que, si bien es cierto en Colombia rige un modelo democrático, éste es solamente formal, es decir, de papel, en la que sus características son débiles –casi ni se perciben– y por lo tanto sus principios y valores no son respetados. Esto es así porque además esa democracia fue soslayada y reemplazada por un modelo neoliberal impuesto desde Estados Unidos, en el que su expresión de máxima ganancia se obtiene por encima de lo que sea, incluida en contra de la vida misma.
En Colombia hay sectores poderosos que no tienen el más mínimo respeto por los derechos humanos y particularmente por el derecho a la vida. En los siete primeros meses de este año se reportaron ante la Fiscalía y la Policía 3.790 personas desaparecidas, o sea un promedio de 18 personas al día; de ellas, 1.390 son menores de edad. Hoy se desconoce el paradero de 2.360. Según Medicina Legal, desde 1938 y hasta 2018, 97.036 continúan desaparecidas; de ese total, 37.500 son menores de 17 años. El Centro Nacional de Memoria Histórica registra 83.036 casos de desaparición forzada y agrega que los desaparecidos podrían superar los 120.000 en el contexto del conflicto armado. Según la Defensoría del Pueblo, desde enero de 2016 al 30 de mayo de este año, han sido asesinados 482 líderes sociales. En los primeros seis meses de 2019, 344 menores han sido asesinados (casi 2 al día). El Procurador Fernando Carrillo dijo que “según el Instituto Nacional de Salud, entre 2017 y 2019 han muerto más de 110 niños Wayúu por enfermedades que tienen causalidad en la desnutrición”. La vida de un ser humano en Colombia “no vale ni un plomo” como en la legendaria canción. La mayoría de estos crímenes están en la impunidad.
Esa violencia se ejerce para no permitir una transformación de las estructuras sociales del país. Asistimos a unas elecciones territoriales que reorganizarán el Poder con miras a las presidenciales y del Congreso. Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral, dijo que van más de 24 hechos de violencia contra líderes políticos: 7candidatos a alcaldía asesinados, atentados, secuestros y amenazas. Una alerta de la Defensoría del Pueblo advierte del riesgo electoral en 418 municipios y estableció que son 78 en nivel de riesgo extremo, 176 en riesgo alto, y 164 en riesgo medio; se van a robar las elecciones y la compra de votos es abierta. Los poderes Judicial y Legislativo son cooptados por el Ejecutivo, concentrándose en un “régimen autoritario” al vaivén del primer mandatario. Y para poder tener el control de todo, vía chantaje de no dar pauta publicitaria, principal sostén de los medios de comunicación, cada día se anuncian más cierres de programas de información independientes, como Noticias Uno. ¡A los poderosos les sirve esta democracia de papel!