Bogotá, D.C., septiembre 22 de 2019

“El conocimiento por el conocimiento, es solo vanidad” (Marta Lucía Ramírez, Vicepresidenta de Colombia)

“El desarrollo integral de una nación moderna involucra el desarrollo de su ciencia…porque lo necesita la economía del país…porque no hay cultura moderna sin una vigorosa ciencia al día”.

“Ciertamente, se puede importar conocimiento…Pero esto es consumo, no producción, en tanto que la investigación científica es productora…Cada nación debe formar sus propios expertos, tanto en las ciencias básicas como en las aplicadas”.

“…toda política presupone una filosofía. En particular, toda política de desarrollo científico presupone una filosofía de la ciencia…Piénsese, por ejemplo, en una filosofía oscurantista, tal como el existencialismo, enemigo de la lógica y de la ciencia. Obviamente, al no ser favorable a la ciencia no podrá fundamentar una política de desarrollo científico: a lo sumo toleraría la tecnología, sin advertir que no hay tecnología innovadora sin ciencia pura”.

“…las filosofías de moda son incapaces de estimular el desarrollo científico integral, entendiendo por tal el desarrollo de la ciencia pura y la aplicada, teórica y experimental, natural y social”.

“El desarrollo científico integral requiere una filosofía dinámica e integral de la investigación científica, que haga justicia tanto a la observación como a la teoría, tanto a la construcción como a la crítica, tanto al aspecto básico como al aplicado, tanto a la estructura lógica como a la dinámica metodológica de la investigación”.

“La idea más difundida acerca de lo que debería ser la ciencia en los países en desarrollo parece ser esta: debería ser empírica antes que teórica, regional antes que universal, aplicada antes que pura, natural antes que social, y en todo caso filosóficamente neutral…ésta es una política nefasta basada en una falsa filosofía de la ciencia”.

[Desde el Gobierno suponen que] “…en nuestros países la ciencia pura es un lujo y que, por consiguiente, habría que comenzar por la tecnología, postergando todo esfuerzo en ciencias básicas. Esta tesis pragmatista ignora que la tecnología moderna es ciencia aplicada. Ignora que la producción de granos se mejora seleccionando semillas con ayuda de la genética y de la ecología. Ignora que no hay siderurgia competitiva sin metalografía, y que ésta es un capítulo de la cristalografía; que la cristalografía teórica es mecánica cuántica aplicada y que la experimental requiere la técnica de los rayos X, que a su vez propone la óptica y el análisis de Fourier”.

“…la tesis pragmatista es poco práctica: al preconizar el predominio de la praxis sobre la teoría asegura el fracaso de la acción y el triunfo de la improvisación que apunta a fines sin examinar medios y que, encandilada por las cosas, olvida a los hombres…sería igualmente absurdo proponer lo inverso, es decir, que se postergue el desarrollo de la ciencia aplicada hasta alcanzar un buen nivel en ciencia básica…Pero quien preconice la subordinación de la ciencia pura a la aplicada desconoce la naturaleza de la tecnología moderna. La solución no está en desarrollar la una a expensas de la otra, no está en postergar una de ellas, sino en desarrollar ambas a la vez”.

“Fomentar la ciencia básica tanto como la aplicada. Hay que tener en cuenta que la ciencia básica es valiosa por sí misma, porque nos permite comprender el mundo, y no sólo porque nos permite transformarlo. La ciencia aplicada, en cambio, no existe sin la pura…Antes de obrar hay que informarse y pensar; antes de aplicar hay que tener qué aplicar; y si se quiere innovar responsablemente, en la acción, hay que hacerlo sobre la base del conocimiento científico, lo otro es rutina o improvisación”.

*Las citas fueron tomadas del texto “La filosofía de la investigación científica en los países en desarrollo”, Mario Bunge, Ciencia al Viento, número 3, febrero de 2013, Universidad Nacional de Colombia.

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