Álvaro Garzón un militante ejemplar y un revolucionario de avanzada

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Conocí a Álvaro Garzón en Barbosa, Santander, en 1980. Por la época, junto a Guillermo Luna, German Campos, Wilson Rueda y destacados miembros del partido como los ya fallecidos Efraín Marín y Omar Ospina atendíamos el zonal de la provincia de Vélez , por entonces se desarrollaba en el sur de Santander una importante lucha de masas que duró varios años y se extendió desde San Gil y Charalá hasta los municipios de la zona en mención y que evocando la gesta de 1781 denominó los comités de organización de la misma Comuneros 81, comoquiera que en marzo de 1981 se conmemoraría el bicentenario del levantamiento precursor de la independencia nacional que tuvo como escenario principal esta región.

 

Álvaro llega a Barbosa como administrador del acueducto trabajando para la empresa departamental que prestaba el servicio de agua a buena parte de los pueblos de la provincia. Pese a que su condición de representante de Emposan, lo colocaba como interlocutor directo del movimiento que logró aglutinar más del 90% de los usuarios, desde los comerciantes más prósperos hasta la más pobre de las amas de casa, adoptando la consigna de no pago de las ruinosas e injustas tarifas por un servicio deficiente de agua que acudía a continuos y prolongados racionamientos por sus fallas técnicas y también por las escasas fuentes de aprovisionamiento del agua. Álvaro persuadido de la justeza de los reclamos de las gentes se resiste como funcionario a aplicar las medidas coercitivas de la empresa contra los usuarios en desobediencia, se juega su cargo del cual fue finalmente destituido y apoya la resistencia de Comuneros 81, que culmina con un paro cívico y la ocupación masiva de la planta del acueducto por más de ocho días y una negociación victoriosa, con el gobierno departamental y la empresa, que condona casi la totalidad de la deuda contraída por los usuarios por varios años de negarse a pagar los inicuos recibos. Esta conducta le ganó a Álvaro el respeto y cariño de las gentes sencillas de Barbosa y el partido obtuvo en las elecciones siguientes una curul en el concejo municipal.

 

Álvaro inició su actividad revolucionaria como miembro del Teatro Libre de Bucaramanga, de donde se retiró por diferencias políticas con su director, después se integraría a las luchas estudiantiles en el Colegio Santander y la UIS, participó luego de las movilizaciones cívicas de finales de los setentas en Bucaramanga bajo la orientación del partido y de Gildardo Jiménez. En el periodo del “túnel” permanece en Barbosa, firme en sus convicciones pese a las duras estrecheces económicas para proveer a su familia, se vincula al trabajo con campesinos cafeteros de la provincia de Vélez.

 

A finales de la década del noventa del siglo pasado junto un grupo de cuadros y militantes de los regionales de Santander y Boyacá se dan a la tarea de defender la producción artesanal de panela con epicentro en los trapicheros y productores de la Hoya del Rio Suárez que comparten los dos departamentos mencionados, amenazados por la construcción y puesta en marcha del Ingenio industrial panelero de Padilla (Cauca) y los precios de ruina de la panela como del contrabando e importaciones, construyendo en un Congreso nacional panelero en Moniquirá, con la asistencia de más de 800 delegados de todo el país Unidad Panelera Nacional, con la orientación de la Asociación Nacional por la Salvación Agropecuaria y Jorge Robledo.

 

Con esta organización y el impulso de múltiples movilizaciones, foros y reuniones se alcanzó la suspensión definitiva de la licencia para el funcionamiento del Ingenio de Padilla y mejoras en el precio del producto. Álvaro Garzón fue un destacado animador de esta batalla y puso a disposición del desarrollo de esta tarea su tiempo libre y sus exiguos recursos personales recorriendo pueblos y veredas de la Hoya en su motocicleta para constituir comités de Unidad Panelera y de manera abnegada jamás reclamó para él el reconocimiento, que sin duda merecía, sirviendo de todo corazón al pueblo haciendo el trabajo gris y practicando un estilo de vida sencillo y de trabajo arduo como un auténtico revolucionario proletario. Su testimonio de vida y militancia debe inspirar a las viejas y las nuevas generaciones de fogoneros de la revolución de Nueva Democracia.

 

Pedro Camargo
Secretario Regional Santander

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